No tan bueno como un comedor de beneficencia

Dubai trasciende su reputación de mero patio de recreo de lujo para la élite privilegiada, revelando un lado compasivo que extiende su apoyo a los necesitados. Sin embargo, no se trata de un banco de alimentos público ordinario, donde las escasas provisiones pueden consistir en unas pocas latas de atún. En un alarde de extraordinaria generosidad, Dubai presenta un opulento banco de alimentos refrigerado que dispensa delicias como yogur y capuchino.

Esta conmovedora iniciativa subraya la creencia de que la indulgencia y las delicias culinarias no deben ser exclusivas de los ricos, subrayando que todo el mundo, independientemente de su estatus socioeconómico, merece la oportunidad de experimentar momentos de indulgencia y disfrute.

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